Abstract
Parece que Platón enseñó en la Academia otras doctrinas diferentes de las expuestas por él en los diálogos. Además, parece también que voluntariamente se abstuvo de consignarlas por escrito al creer que la palabra, la enseñanza oral, era un medio más eficaz que la escritura para transmitir aquello que "tenía importancia". Dicho así, puede resultar una paradoja que el mejor prosista griego, sea un detractor, al menos en parte, de la prosa escrita. A partir de aquí, las interpretaciones novedosas que han provocado las doctrinas no-escritas de Platón han generado debates a veces imposibles de resolver. Añadir unas breves notas a estas discusiones es la intención de este artículo