Agora 36 (2) (
2017)
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Abstract
Comenzando desde la distinción derrideana entre el habla y la escritura, y su relación desigual, se define la tradición logocéntrica. Esta crea dos series de conceptos análogos entre sí, series que están a su vez estructuradas como oposiciones mutuas, basadas en estos dos pilares o núcleos del habla, y la escritura. El logocentrismo conmina a una elección particular dentro de la estructura oposicional, protegiendo a una serie de conceptos. Tomando en cuenta los nuevos conceptos estructuralistas sobre la necesaria presencia de un mínimo de dos series heterogéneas, que se mueven en torno a una casilla vacía, para la conformación de una sistema –según lo expone Gilles Deleuze-, y considerando también la explicación del paso de las particularidades a las universalidades, tal como lo realiza la teoría de la hegemonía de Ernesto Laclau, mostramos que la lógica oposicional no puede sostenerse.