Abstract
El presente trabajo se propone explorar la apropiación que realiza Hannah Arendt de algunas categorías de la teoría aristotélica de la tragedia en el marco de su reflexión en torno a la historia. A partir del análisis del sentido que adquieren en sus escritos, centralmente de los años cincuenta, términos como héroe, grandeza, mimesis y catarsis, sostendremos que la autora encuentra en la narrativa trágica un modo de afrontar el desafío que pesa sobre la comprensión histórica en el contexto pos-totalitario: re-articular pensamiento político y perspectiva histórica. Para finalizar, realizaremos algunas sugerencias para situar esta lectura en diálogo con el modo en que dos de sus maestros, Heidegger y Jaspers, han comprendido filosóficamente lo trágico. Atendiendo a la distancia parcial pero decisiva que Arendt toma respecto a ambos, se vuelve más clara la singularidad de su propuesta.