Abstract
La democracia clásica ateniense constituye para la teoría política de Occidente el primer ejemplo donde se desarrolla plenamente lo que Max Weber denominó homo politicus. La constitución de esta ciudad-estado fue conformándose sobre la base del principio político de isonomía, sinónimo de democracia. Todas las instituciones políticas de la democracia ateniense estaban ocupadas por ciudadanos. Las diferentes magistraturas, el Consejo —Bulé—, la Asamblea —Ekklesía— y los Tribunales —Heliea—, entre otras instituciones, requerían de la participación y del compromiso constante del conjunto de los ciudadanos atenienses. La identificación de la ciudad-estado ateniense con el conjunto de sus ciudadanos supuso la realización de la politike areté, que significa que todos los ciudadanos se ponen en relación de cooperación e inteligencia en el espacio vital de la polis. Las exigencias políticas, sociales y militares que la democracia ateniense demandó a sus ciudadanos sirve para entender que significa realmente ser ciudadano de una comunidad política. La ciudadanía de la democracia ateniense supone el primer ejemplo de homo politicus de la historia política de Occidente