Abstract
La sociedad que está presente hoy en día es cambiante y para nada monótona. Por esto es líquida, según Zygmunt Bauman, pues en ella todo fluye sin detenerse y sin poseer límites. Es una sociedad en la que constantemente se modifican las tendencias según lo más actual. Todo está relacionado a un consumo que posibilita mantener o asimilar un estatus social que permite ser parte del mundo consumista. El parámetro de esta sociedad es consumir para después desechar, y aquí es, donde los individuos deben estar preparados para el cambio. No pueden quedar fuera de las últimas tendencias o son marginados; por tanto, no pueden dejar de consumir. Así es como el trabajo constante y el valor del dinero se han convertido en estas ‘estrategias’ que le permiten a la sociedad prepararse para todos los posibles cambios que puedan surgir. Aspirando a un estatus social que por fin les permita terminar con el miedo que ha instaurado la liquidez consumidora. Debido a todas estas características de la comunidad, el objetivo de este escrito es analizar cómo las agrupaciones que no poseen los recursos necesarios para mantenerse a la par de las tendencias, quedan marginadas y deshumanizadas por no poder consumir y depender del resto; Convirtiéndose en el peor miedo de la sociedad líquida.