Abstract
Es preciso volver a iniciar con esta distancia espectacular que existe entre la escritura de Platón y la lectura que hacemos de ella. Una diferencia tanto más espectacular, dado que durante mucho tiempo se ha considerado insignificante, desde un punto de vista filosófico, la extraordinaria calidad literaria de su obra. Ahora bien, no es en absoluto insignificante, para cada una de sus propias filosofías, que Platón sea un maestro del dialogos o que Parménides sea un versificador (probablemente no tan mediocre como se suele afirmar). El hexámetro dactílico en el eleata y el diálogo teatral en el ateniense no pueden ocultarse sin que nuestra comprensión de sus filosofías se vea mermada.