Abstract

Filosofía e Historia dormían en la placidez uterina del mito, cuando quizá el hecho del principio era el principio del hecho, donde acaso no era consciente la distinción entre el origen cronológico y el origen lógico. Pero Filosofía e Historia despertaron y, no acordándose de su matricial maridaje, acordaron mutuamente su divorcio. Tal vez fuera la querella entre Ilustración y Romanticismo la expresión "ideal" de esa escisión efectiva entre lo racional y lo histórico. No obstante, la propia conciencia histórica de la separación aportó justamente la posibilidad de su superación: la "conciencia histórica" misma. Y ése era el requisito necesario para una Filosofía de la Historia. La Scienza Nuova lo cumple porque, contando cómo efectivamente se reúnen Filosofía y Filología, relata idealmente la supresión del enfrentamiento ilustrado-romántico. Vico aporta una conciencia histórica que narra una nueva racionalidad, una modificación de la mente en que haciendo de la razón Historia y de la Historia razón se le restituye al mito su condición histórica y racional, a la par que Filosofía e Historia recuperan su mítica originalidad