Abstract
Las migraciones transnacionales, la integración del pluralismo cultural en los Es-tados de acogida de inmigrantes, el reconocimiento de sus derechos civiles, económicos y políticos y las condiciones de acceso a la ciudadanía son fenómenos de interés público que nos obligan a repensar las fronteras de la democracia y la someten a una renovación continua. La presencia del extranjero irregular y la llegada masiva de refugiados a las puertas de Europa han tambaleado las bases de nuestra ciudadanía, poniendo en tela de juicio los valores comu-nitarios y desafiando la tradición cosmopolita desde el afuera de la Administración de la UE. Estas contradicciones prácticas llevan a los teóricos de la justicia y la filosofía política, como S. Benhabib, a explorar los límites de la pertenencia, la responsabilidad y la ética en las de-mocracias contemporáneas. El objetivo de conciliar los derechos de autogobierno y libre auto-determinación territorial con la afirmación de los derechos humanos universales pasa, nece-sariamente, por argumentar la vigencia del Estado-nación moderno y problematizar las lógicas divisorias de la soberanía territorial, tan reforzada hoy en día.