Abstract
La mayoría de las épocas histórico-artísticas han adquirido su denominación en tiempos recientes. La época comprendida entre el siglo XVII y la primera mitad del XVIII terminó siendo bautizada por Heinrich Wölfflin como Barroco, aunque el concepto ya existía previamente con otras acepciones y no como estilo. A partir de las obras del escritor suizo Renacimiento y Barroco (1888) y de Conceptos fundamentales de la historia del arte (1915) el concepto comenzó a adquirir unas dimensiones insospechadas hasta el punto de que a nuestra época se la ha denominado neobarroco, por las analogías con aquélla. En el presente trabajo voy a utilizar el concepto de barroco como un instrumento de corte, ante todo, estético y estilístico que, al mismo tiempo, va unido a cuestiones epocales y anímicas con objeto de analizar determinadas propuestas artísticas en diferentes campos, como la pintura y la música, mostrando que la proyección del concepto abarca ámbitos de la realidad de gran eficacia hermenéutica.