Abstract
El palacio arzobispal de Sevilla es hoy un cofre que alberga un rico patrimonio monumental, artístico, cultural y arqueológico. De tiempos de fray Diego de Deza se conserva la capilla pública, identificada en el curso de la rehabilitación llevada a cabo en el inmueble a comienzos de la década de 1990. Asimismo, en otra sala figura su blasón, junto al del rey Fernando el Católico. Nuevas intervenciones arqueológicas han permitido descubrir un pavimento decorativo, con temas relacionados con la capilla, en una sala que debió ser el despacho de este arzobispo.