Abstract
Frente a la confusión que encontramos en la literatura, debemos distinguir con claridad la sensación y el sentimiento para poder decidir en qué ámbito se inscribe el dolor. El artículo defiende la tesis de Stumpf y Husserl de que el dolor es fundamentalmente sensación. Pero, ya no en línea con Stumpf, sino con Scheler, se sostiene que además del dolor-sensación, existen sentimientos sensibles, a los que se propone denominar «displacer» y «desagrado». Entre los sentimientos de desagrado hay algunos con intencionalidad trascendente, que son los ligados a las sensaciones exhibitivas. Pero también hay un sentimiento de «desagrado» ligado al dolor-sensación, que tiene una intencionalidad inmanente. El desagrado y el displacer ligados al dolor-sensación pueden ser denominados dolorsentimiento, pero han de distinguirse claramente del dolor-sensación.