Abstract
El artículo hace algunas objeciones a la analogía que Wittgenstein plantea entre los conceptos de lenguaje y juego, según la cual, como no hay algo esencial a las actividades que llamamos juegos, no habría algo característico en las conductas que llamamos lingüísticas. El peligro y confusión de esta analogía, que ya apuntó Rush Rhees, se ponen de relieve aquí de manera diferente, mediante una consideración del carácter de ciertos conceptos psicológicos, incluido el concepto de decir algo.