Abstract
Los niveles de evidencia en salud surgieron, en el siglo XX, en el ámbito de la medicina basada en la evidencia, que buscó y busca integrar la mejor evidencia científica disponible con la experiencia clínica de los profesionales de la salud y la experiencia de los pacientes como método para guiar las decisiones clínicas y mejorar los resultados de salud. Sin embargo, las críticas asociadas al uso de niveles de evidencia en salud se centran en simplificar el enfoque, priorizar métodos cuantitativos, desconocer el contexto social y cultural de la atención, la insuficiencia de su uso para enfermedades y condiciones complejas como la salud mental, las enfermedades raras y los cuidados paliativos. Tales críticas y reflexiones dilucidan los desafíos y demandas asociadas a la implementación de niveles de evidencia en salud, que serán objeto de análisis en este estudio teórico. Con base en lo anterior, las conclusiones del presente estudio se centran en proponer posibilidades de implementación de niveles de evidencia desde la perspectiva del siglo XXI, lo que vislumbra una revisión de los niveles de evidencia actuales así como el desarrollo de un nuevo modelo de revisión sistemática denominado, por ahora, una revisión sistemática mixta, viva y contextualizada.