Abstract
Con relativa frecuencia el pensamiento de Martin Heidegger es presentado como el de un crítico exacerbado contra la ciencia. Esa crítica es puesta bajo sospecha por su participación política en el nacionalsocialismo y es tachada, en muchos casos sin fundamento alguno, de reaccionaria, de suponer un paso atrás en la línea del progreso. Sin embargo, el propio Heidegger muestra que no hay nada más alejado de la realidad: Su pretensión no es anular la ciencia, sino reconducirla, servir de faro para todas las ciencias, sin distinción entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu. El propósito heideggeriano es establecer una suerte de pre-ciencia que sirva para orientar a todas las ciencias (sean de la naturaleza o del espíritu). Este estudio pretende exponer como esa pre-ciencia sirve de guía para la ciencia y como puede convertirse en un puente que sirva para unir las dos orillas de la ciencia.