Abstract
En este artículo se analizan cuatro poemas de Red (1928) —“Pájaros adivinadores”, “Circo”, “Rueda de la fortuna” y “Lotería”—, bajo la hipótesis de que pueden leerse como una estancia en la feria, dentro del viaje onírico que plantea el poemario. Dicho espacio se construye mediante tres ejes: lo infantil, lo lúdico y lo festivo, que, en conjunto, reformulan las atracciones y establecen nuevas reglas de juego. Con lo anterior, se destaca una parte de la propuesta de Ortiz de Montellano en sus obras de juventud y se apela a una revaloración de las mismas, no como antecedente de las preocupaciones que se hallarán en su obra posterior, sino por su propia valía.