Abstract
El presente ensayo ofrece algunas meditaciones en torno a lo que representan la lengua y la patria para la filosofía. Estas reflexiones son motivadas por la publicación, en este número de Estudios, de los Ensayos del catalán de Eduardo Nicol, filósofo que se vio obliga do a elaborar su obra no solo desde el exilio de su patria, sino en una lengua, hasta cierto punto, extranjera. El objetivo, no obstante, no es plantear las correspondientes preguntas desde un ángulo nacionalista particular, sino desde uno universal metafísico, quehacer al que Nicol se consagró a lo largo de toda su obra.