Abstract
A pesar de los innumerables beneficios, hay varias críticas y preocupaciones en relación con el uso de la Inteligencia Artificial (IA), especialmente en Brasil, donde no hay ninguna legislación federal en vigor hasta el momento. Las legislaciones estatales existentes y los proyectos de ley que se están votando en el Congreso, como el PL 21/20, son defectuosos e incompletos, especialmente en lo que respecta a algunas aplicaciones de la IA que implican altos riesgos para los derechos y libertades fundamentales, además de traer a menudo un sesgo potencial, duplicando o potenciando el racismo institucionalizado existente en la sociedad u otras formas de discriminación. Existe una inequidad codificada que propicia infraestructuras injustas, sinembargo, donde hay poder hay resistencia, y en este sentido es necesario señalar la importancia de las contra codificaciones basadas en la solidaridad y que repiensan la justicia, es decir, un enfoque emancipador de la tecnología. Este es el cambio paradigmático necesario, y siendo necesario, tiene que ser posible y debe buscarse con el máximo esfuerzo. Se trata de verdaderas formas de resistencia, como instrumentos abolicionistas para el “Nuevo Código Jim”, nuevas formas de discriminación de raza, género y clase existentes a través del uso de las nuevas tecnologías, en el sentido de prácticas de diseño orientadas a la justicia.