Abstract
El drama de lo político atraviesa la Divina Comedia de principio a fin, y es uno de sus hilos conductores: formas de gobierno, hábitos sociales, virtudes, pasiones y vicios políticos aparecen censados, analizados y evaluados, con rigor, a lo largo de toda la magna obra. Los sextos cantos de las tres partes de la Commedia —Inferno, Purgatorio y Paradiso— se ocupan de ese drama de forma intensa: como círculos concéntricos, abarcan un espacio cada vez mayor: Florencia, Italia, el —siempre difuso— Imperio (es decir, el mundo políticamente organizado, la oecumene). El presente artículo analiza esos cantos desde una perspectiva que, insistente, da base y unidad al conjunto: la división de la ciudad, la guerra civil.