Abstract
La aproximación al problema del Holocausto requiere también una contextualización: la de nuestra propia historia. Si las formas de denegación del Holocausto son frecuentes -y eficaces- en una cultura que no acepta los límites ni la responsabilidad solidaria, la que nos impide volver sobre nuestras propias huellas, la memoria de Sefarad, puede ser especialmente grave, pues convertiría a la Shoah en un tema más que en un proceso que nos implica. Analizar las formas de estigmatización y exclusión de los judíos que se dieron en la Península y la denegación de esta historia de nuestro pasado más reciente, es un paso previo a la reflexión sobre las causas de la «distancia» respecto al Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. Las razones morales se encarnan también como razones biográficas