Abstract
En el presente artículo recuperamos la longeva tradición del agón, del combate y la competición, griego en tanto que vehículo idóneo para formular una teoría del cuerpo que, a diferencia del moralismo helenístico y parte del pensamiento del Segundo Templo, a un tiempo recupera, reinterpreta y reemplaza la construcción agonística del cuerpo en la tradición clásica. Defendemos que el corpus paulino trasciende el esquema clásico del protagonista y el antagonista para formar una teoría relacional del cuerpo agonista en que cuerpo y alma espejan el modelo relacional de las personas divinas.