Abstract
En el Sofista, Platón intenta determinar el ser del sofista. Para emprender su investigación se vale de un método de división, mediante el cual se caracteriza al sofista como poseedor de un arte que le permite imitar de la realidad del ente. A diferencia de Parménides, quien negaba el ser del no- ser, en la imagen se da una participación del no-ser en el ser, mediante la cual se da un tránsito entre La realidad del ente y el absoluto no-ser. En ese contexto, el autor intenta comprender la imitación artística, a la luz de la distinción que se establece entre dos formas de imitación: el arte de copiar y el simulacro. La diferencia entre ambas formas reside en la relación que cada una de ellas establece con el modelo, identificado -luego de un detallado análisis- con la realidad del ente.