Abstract
Los términos “educación” y “formación” son cercanos, pero diferentes; la educación responde a un saber disciplinar concreto dentro de una estructura o sistema propio, mientras que la formación tributa a lo humano desde ámbitos no necesariamente sistemáticos. El siguiente artículo tiene como punto de partida la hipótesis de que la formación es un efecto que solo puede ser concebido a posteriori. Dicha hipótesis servirá de acicate para proponer una lectura del Menón de Platón que logre evidenciar algunas condiciones del diálogo que posibilitan el efecto formativo. En primer lugar, se darán algunos presupuestos para comprender la hipótesis; luego, se establecerán dos condiciones que facilitan el proceso formativo: el λόγος y el acompañamiento (cada una de estas condiciones tendrá, a su vez, una división que las explicitará); y, por último, se determinará, en una tabla, si hay efecto formativo o no en los personajes que refiere el diálogo.