Abstract
Este artículo investiga la conexión existente entre la literatura artística y el arte plástico de la Edad Media mediante el análisis de la relación entre Jacobo de Vorágine, un narrador de leyendas, y Simone Martini, un pintor de historias. Así, el objetivo principal es mostrar que, en ocasiones, narrar leyendas no es algo tan diferente del hecho de pintarlas. De hecho, en el contexto examinado en este artículo, escribir y pintar se presentan como actos imbricados en los que el hombre se muestra a sí mismo narrando historias que pretenden dar razón de este mundo, pero que terminan yendo más allá de él.