Abstract
Este artículo se ocupa de dar una respuesta a la pregunta de si, y hasta qué punto, la philia (amistad), tal como es tratada por Aristóteles en Retórica II 4, puede considerarse una genuina emoción tal como son, por ejemplo, el miedo y la ira. El autor identifica y discute, en tal sentido, tres anomalías en la definición y el tratamiento de la philia (y el verbo asociado, philein) en este texto, que podrían inclinar hacia una respuesta negativa a la pregunta inicial. No obstante, cada una de estas anomalías es analizada y explicada en términos de las notas específicas de la philia, para mostrar que, en efecto, la presentación de Retórica II 4 permite considerar de todos modos a la amistad como una genuina emoción.