Abstract
Desde sus inicios en Platón, la teoría estética ha estado obsesionada con la dicotomía entre ser y aparecer (Sein und Schein). De acuerdo con esta dicotomía, la conciencia estética representa un acceso especial a la realidad o una salida fuera de ella. De una u otra forma, la percepción estética se concibe como una fuga ante el presente fenoménico de la existencia humana. El presente ensayo recomienda rechazar esa desastrosa consecuencia. Resulta mucho más plausible comprender la conciencia estética como una forma excepcional de atender a lo presente. Atender a la presencialidad de algo presente —a su aparecer (Erscheinen)— es, según se argumentará, un impulso fundamental de toda percepción estética.