Abstract
La vida de cada cual es contingente, pero es una contingencia necesaria para una porción de vidas; aunque me atrevo a decir, incluso, que así es para la creación en continuidad. Creo que nosotros tenemos misión. La misión implica que aquello que no haga alguien quedará sin hacerse tal y como lo podría hacer esa persona. En otras palabras, la misión de cada cual, como la propia vida, exige y es disyunción,―o esto o aquello, así o de otro modo. Y si tenemos en cuenta, que la realidad es sistemática, y que un sistema es orden de los elementos que se ve afectado por entero en caso de que suceda algo a alguno de los que lo componen, entonces para estar viviendo tal y como vivimos se nos revelan los otros como contingencias necesarias, imprescindibles. Bien podría hacer una aproximación a Pablo Posada desde la razón vital y algo habrá de ello a lo largo de estos párrafos, pero eso es una tarea prematura, como su muerte.