Arbor 186 (742):201-210 (
2010)
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Abstract
Lo político en H. Arendt constituye el horizonte en el que se desarrolla el drama de la acción humana y no una esfera de actividad entre otras. Sus coordenadas esenciales son los principios, el poder y las instituciones. Su función es poner límites a la violencia invasora del mundo, interpretada no tanto como lucha de unos contra otros, cuanto como lucha contra la caducidad que amenaza todas las cosas humanas. La razón que instituye la política es la afirmación de sí realizada por la vía de la creación de un mundo común. La problemática de este concepto proviene de la falta de contenido y posibilidades objetivas de sociabilidad diversa de la estrictamente política, así como de que grava lo político con una significación excesiva: tiene que hacerse cargo de la liberación de la contingencia radical y del sentido último.