Abstract
Uno de los desafíos actuales de la Humanidad es salvaguardar su existencia como especie por medio de un desarrollo sostenible. Es una meta con fuertes implicaciones políticas, económicas, sociales, científicas y tecnológicas, porque implica la adopción de un modelo de sociedad distinto, en el que el avance de nuestros conocimientos y estilos de vida no continúen alterando el equilibrio de la Naturaleza. Este artículo tiene como propósito analizar la dimensión ético-pedagógica de tal desafío, haciendo referencia a la necesidad de formar el carácter moral de niños y adolescentes según una Ética de la Virtud.