Abstract
El sentimiento de destino ha marcado la historia. Sin embargo, la historiografía de las emociones no le ha dedicado suficiente atención. En la época clásica se tomaba en cuenta para la toma de decisiones. Posteriormente hallamos ricas reflexiones sistemáticas: Maquiavelo, Montaigne, Smith, Tolstói, Weber, Geertz y Adorno, entre otros. Tras estudiar estos testimonios, analizamos el caso de Gandhi y su voz interior. Revitalizar la discusión sobre el sentimiento de destino contribuye a comprender fenómenos como el populismo. No es posible hacer política solo con razones: hay que tener en cuenta las emociones y, entre ellas, el entusiasmo.