Abstract
La experiencia común presenta los sueños como una sucesión de imágenes. Incluso quienes lo teorizaron vinculan lo onírico con lo visual: soñar es ver algo. No obstante, dado que los sueños están habitados por negatidades que se presentan bajo la forma de la ausencia, de la falta, de la frustración o, de manera más general, del deseo, el autor muestra que la ontología paradójica de éstas obliga a alejarnos del paradigma visual de la representación para pensarlo mediante el modelo discursivo de la significación. Así, lejos de ser una imagen, los sueños son siempre ya un texto.