Abstract
La obra más madura de Tomás de Aquino es la Summa theologiae. Allí filosofía y teología se conjugan de manera exquisita. Los estudios más rigurosos hechos sobre esta obra han mostrado que el origen de la misma fue establecer un curso de teología moral firmemente arraigado en una metafísica teológica. Así, la clave —más o menos explícita— de esta monumental obra es el tema de la imagen y semejanza divinas, puesto que, tal como estaba quasi canónicamente establecido en la tradición medieval y patrística, él permite una adecuada interacción entre filosofía y teología, moral y metafísica.