Abstract
Los diferentes estudios sociológicos contemporáneos en materia de religiosidad en España nos muestran una sociedad plural y diversa, característica propia de las sociedades postseculares es, como es bien conocido, la pluralidad. El actual pluralismo religioso de la sociedad española, que nadie discute, está muy alejado de la homogeneidad católica mayoritaria de 1980. Año en el que se aprobó la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, que es el instrumento esencial del desarrollo constitucional de la libertad religiosa y de gestión de la diversidad religiosa. La doctrina ha puesto de manifiesto la falta de acoplamiento de la Ley Orgánica a la nueva realidad social. De ahí que se haya reclamado la necesidad de establecer una nueva Ley Orgánica de Libertad de Conciencia. Esa posibilidad entró en la agenda política en la última legislatura del Gobierno del Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, sin que llegase a concretarse legislativamente. Posteriormente, la cuestión ha desaparecido de la agenda política de los sucesivos Gobiernos, por lo que sería necesario recuperar esa iniciativa para una mejor gestión de la diversidad religiosa. No obstante, reconociendo que lo mejor sería la elaboración de una nueva Ley Orgánica, cabría la posibilidad, sin derogar la actual Ley orgánica, de elaborar una ley de bases de gestión de la diversidad religiosa, además, el Gobierno podría, mediante la publicación de diferentes Reales Decretos, corregir la falta de acoplamiento a la realidad social introduciendo desarrollos del contenido del derecho fundamental de libertad religiosa. Dichos Reales Decretos permitirían la asunción en España del acomodo razonable como mejor técnica de gestión de nuestra diversidad religiosa.