Abstract
Este ensayo se propone mirar el escenario teatral "culto" del teatro independiente y el escenario del teatro comunitario argentino en su articulación con la crisis/rebelión del 2001. Mientras el primero exhibe la desintegración y devaluación social del momento, en el teatro comunitario aparece más bien la recomposición de los lazos sociales y la resistencia política tanto desde su organización como en algunas de sus escenas. Con teatralidades muy distintas, las dos escenas son respuestas al momento histórico-político. El primero se limita a exponer el problema, el segundo busca el mantenimiento de la vida y de la resistencia en comunidad. El ensayo propone que la diferencia se podría deber a que el escenario "culto" se aferra a la filosofía posmoderna en boga y a sus tesis devaluadoras del lenguaje, la narración y el futuro de la historia.