Abstract
Tras la salida de este mundo del gran pensador Pablo Posada Varela, se produce una rasgadura del tejido comunitario en el que nos encontrábamos. Es nuestra misión buscar el hilo del entramado que creó para contribuir a finalizar su obra, o al menos, intentarlo. A pesar de que muchos le negaron el reconocimiento, superó a sus maestros, Ortega y Gasset y Richir, con creces. Su pensamiento, inspirado por ellos, logró alcanzar un nuevo nivel que ha contribuido, en gran parte, a revitalizar la fenomenología, tanto en español, como en francés. Su tesis doctoral tenía principio, pero, Pablo sabía que era una mera marca en el camino del pensamiento, no había final para dicha investigación. Lástima que nos haya abandonado tan pronto y no nos guíe más, aunque siempre nos quedarán sus textos y el recuerdo de su presencia en este mundo. En nuestra última conversación, prometí hacer una interpretación de su filosofía. Sirva esta presente aportación, marcada y enturbiada por los sentimientos de tristeza y rapidez, como tributo a su pensamiento y amistad, así como cumplimiento de dicha promesa. Descansa en paz, querido amigo.