Abstract
Este artículo discute las considerables semejanzas entre las concepciones de la persona defendidas por Husserl, Scheler y Stein, según las cuales la persona es un valor absoluto que se ejercita en tomas de posición. Para los fenomenólogos clásicos, la ética concierne a la persona en su totalidad, incluyendo las dimensiones afectiva y racional, el intelecto y el corazón, así como la volición. Las personas se distinguen por su agencia libre, por su capacidad para reconocer normas, y por su habilidad para interactuar responsablemente con otros agentes personales en el contexto del mundo-de-la-vida comunitario e histórico.