Abstract
La pretensión de este artículo consiste en mostrar cómo el nihilismo que subyace bajo los diferentes modos en los que se presenta la secularización posmoderna no sólo conduce a la desnuclearización de lo religioso precisamente por el vaciamiento de sus contenidos específicos, sino, además, relega toda experiencia religiosa al ámbito privado de la conciencia individual. Este contexto nihilista propio de la posmodernidad impondría el tiempo de la religión sin religión, que consiste en vivir aparentemente como si fuésemos sujetos religiosos cuando, en realidad, no lo somos. Sin duda, este nuevo horizonte posmoderno supone un reto para el cristianismo. Por ello, trataremos de indicar los tres mayores desafíos que debe afrontar el cristianismo, para que la lógica nihilista de la secularización posmoderna no termine contagiando también la lógica de lo religioso, y vislumbrar qué oportunidades prometedoras se le presentan hoy al cristianismo, para pensar su propia esencia y mostrar su praxis fundada en la caridad en este tiempo en el que nos toca vivir.