Abstract
La parábola de las minas (Lc 19,11-28), situada estratégicamente al final del camino a Jerusalén, es una perícopa de difícil interpretación. Por una parte, incorpora la parábola del pretendiente al trono en el relato de las minas/talentos, por otra, muestra la violencia de las duras palabras del rey. El presente artículo propone una nueva aproximación desde la pragmalingüística, analizando el contexto literario, la cohesión lingüística y la coherencia comunicativa. Así se evidencia la estrategia comunicativa lucana que propone la confianza, la responsabilidad y la misión como claves de lectura.