Abstract
La justicia, según Domingo de Soto, co-fundador de la Escuela de Salamanca, es el eje que vincula ley y derecho, los dos núcleos de su De iustitia et iure. Y la justicia, cuyo tratamiento último lo proporciona la filosofía y la teología, es una virtud humana que busca la justa relación de dos elementos, y que tiene por objeto la equidad, que se mide no tanto por la intención del agente, sino por su contenido objetivo. Lo justo se mide por dos planos, el del presupuesto y la consecuencia a los que se corresponden la ley y el derecho, con una estructura teleológica.