Abstract
Este trabajo gira en torno al casuismo. Se hace
hincapié en su necesidad para la ética biomédica. A través
de su carácter analógico, se pone de manifiesto, a su vez,
su dependencia de los principios. Sin embargo, ni principios
ni casos bastan por sí solos para iluminar completamente
las decisiones biomédicas, que presentan un notable componente
de incertidumbre. Una decisión no es un objeto
preexistente, sino algo que hay que producir, un operable.
Aquí se pone de manifiesto que esta realidad no se puede
abordar si no es a través de la noción clásica de prudencia,
en el sentido de la phrónesis aristotélica. Una vez esbozada
ésta en sus líneas generales, dando cuenta de sus aspectos
morales e intelectuales, es posible enfocar de nuevo el casuismo
con nueva luz, superar las críticas más importantes
y comprender que la relación clínica es también una relación
jurídica, por lo que el papel del Derecho, y en particular
el de la jurisprudencia, se muestra vital.