Abstract
Fichte y Deleuze se interpelan recíprocamente cuando caracterizan -cada cual a su modo- al dogmatismo como el enemigo del pensamiento auténticamente filosófico. En este artículo, reconstruiremos y compararemos tales caracterizaciones para, a partir de ellas, interrogar a ambas ontologías y contemplarlas bajo una nueva luz. En Deleuze, se estudiará de qué manera el Yo al cual ubica -en todas sus dimensiones- en el plano empírico puede hacer afirmaciones no-dogmáticas acerca de los planos que son su condición trascendental: lo intensivo y lo virtual. En Fichte, se interpetará la célebre fórmula Yo = Yo no como una forma de la identidad sino de una inmanencia que nunca se cierra sobre sí misma, sino que produce eternamente la multiplicidad de lo real.