Abstract
Las prácticas educativas escolarizadas se desarrollan sobre la base de una serie de directrices que fueron consolidando el formato escolar como lo conocemos hoy. Las materialidades que utilizamos para desplegar las actividades escolares y los fines o metas pedagógico-políticas con los que las orientamos forman parte de las mencionadas directrices. En este trabajo, tomando base en las experiencias cultivadas en escuelas en Ronda de Palabras (Argentina), una formación basada en Filosofía con Niños, queremos plantear una discusión con esos dos grandes supuestos educativos que parecen ser inamovibles cuando pensamos en la escolaridad más convencional. En una primera parte, presentaremos un análisis crítico de las novelas filosóficas escritas por Matthew Lipman para la implementación de su proyecto de Filosofía para Niños (FpN). Si bien esta es una discusión específica del campo de la enseñanza de la filosofía, creemos que algunos de sus puntos pueden ser generalizados para pensar las relaciones pedagógicas que construimos con las materialidades sobre las que basamos nuestras prácticas educativas, y sus implicancias políticas. En la segunda parte, analizaremos algunos aportes que hacen las lecturas más críticas de la FpN de Lipman para pensar acerca de las metas pedagógico-políticas implícitas en ella, y en qué medida ponen en jaque, o bien aceptan tácitamente, las supuestas en la escolaridad convencional. Nuestro objetivo general es poner en tensión aquellas ideas que orientan y organizan las intervenciones pedagógicas en un determinado sentido, atendiendo a las ineludibles relaciones que tejen política y educación juntas.